Los leones de Tsavo: ¿Demonios o asesinos en serie de la naturaleza?



Dentro de la especie humana, hay una raza particular que nos atormenta. Esa es la figura del asesino en serie que es bastante compleja ya que, a nivel psiquiátrico, claramente estamos hablando de que se trata de personas que están enfermas de la cabeza; sin embargo, estos sujetos son muchas veces tan inteligentes que cuesta comprender que toda esa capacidad la pongan al servicio de algo tan macabro y destructivo, muchas veces con niveles tan elevados de violencia.  

En algunos casos, efectivamente hay sujetos que tienen un trastorno evidente; hablo de una esquizofrenia en un grado mayor, de paranoia y entonces uno puede entender estas figuras como una "falla en el sistema", pero en otras oportunidades, nada más pareciera que son la encarnación del mal. Estas personas además, en varias oportunidades, desarrollan un encanto espectacular, sólo para poder acceder a sus víctimas. Entonces no cuesta mucho remitirse imaginariamente a la idea occidental que se ha fomentado del demonio: Un sujeto que es una tentación en la que, si caes, te pierdes para siempre.

Pero este nivel de perversidad no se aprecia únicamente en nuestra especie. En el reino animal también aparecen de vez en cuando estos “demonios encarnados” que se asemejan la conducta de un asesino en serie. Animales que parecieran encontrarse en una búsqueda metódica de su presa humana sólo para acecharla y atacarla por placer. Ellos parecen mostrar una cierta inteligencia demoníaca, y una extraña habilidad para evadir la captura o para desaparecer sin dejar ni rastro.

Estos animales parecen asesinar, no por una necesidad real de alimento, sino que más bien parecen hacerlo por motivaciones más oscuras. En algunos casos, estos despiadados asesinos son más que un simple animal, y pasan a convertirse así en fantasmas, espíritus, demonios o dioses, quedando así en el folclore y en la mitología. De esos animales, en la historia de la humanidad han habido varios y acá te voy a contar de un caso en particular ocurrido en África.

Ellos son, tal vez los asesinos más notorios entre todos los casos conocidos. Se trata de "los devoradores de hombres" de Tsavo, también conocidos comúnmente como “Fantasma y Oscuridad”. Dos leones machos responsables de una matanza terrible en 1898 que se cobraron la vida de al menos 50 personas y según otros registros pudieron llegar a matar a más de 135.

Es tan grande su historia que llegaron a motivar una gran película de Holliwood en 1996, que fue dirigida por Stephen Hopkins y protagonizada por Val Kilmer (cuando era joven y guapo) y Michael Douglas

Acá en Chile se tradujo como Garras, pero en otras partes la titularon como Los Demonios de la Noche. Finalmente, en inglés, la peli se llama Ghost and Darkness.



Los devoradores de hombres de Tsavo

El episodio ocurrió en Kenia, África, en el río Tsavo, donde se había iniciado la construcción de un puente para un ferrocarril en marzo de 1898. El proyecto se llevó a cabo por los británicos, y dirigido por el teniente coronel John Henry Patterson. Además del personal británico, se emplearon una gran cantidad de trabajadores africanos e indios para acabar el ambicioso proyecto.



Una tierra extremadamente seca, una implacable sabana llena de 3 metros de hierva alta conocido por los nativos como “el peor lugar en la tierra”. Poco después de comenzar las obras del puente, los trabajadores comenzaron a ser acechados por dos leones de Tsavo

En ocasiones, las desafortunadas víctimas eran arrastradas de sus tiendas mientas eran brutalmente asesinadas. Los leones eran increíblemente audaces, incluso se atrevían a atacar a plena luz del día, llevándose a los trabajadores sin ninguna oportunidad de defenderse.

Los trabajadores aterrorizados intentaron tomar medidas contra los leones asesinos mediante fogatas o vallas, aunque todos los esfuerzos fueron infructuosos y no sirvieron para detener el derramamiento de sangre causado por los animales endemoniados.

Fue entonces cuando Patterson, bien conocido como un hábil tirador, se encargó detener a los leones. Él preparó trampas, pero los leones tenían una misteriosa habilidad para evitarlas. Patterson incluso llegó a utilizar un artilugio de caza de origen indio conocido como machaan, que era básicamente una plataforma asentada en el suelo sobre pilotes altos. Durante varias noches Patterson esperó la presencia de los devoradores de hombres. Los dos leones llegaron a evadir la novedosa trampa, incitándoles incluso a atacar el campamento en varias ocasiones, mientras que Patterson estaba sentado allí esperando para matarlos.



El mal reside en los leones de Tsavo

Debido al misterioso comportamiento de los leones, no pasó mucho tiempo en que los trabajadores comenzaron a hablar de los leones no como animales, sino como espíritus vengativos del inframundo, reencarnados como leones sedientos de sangre acechando a los vivos, que les valió el apodo de los “demonios de la noche”. Los trabajadores tenían miedo de trabajar o abandonar sus campamentos a cualquier hora para no ser víctimas de estos espíritus enojados.

Estas explicaciones paranormales motivaron al propio Patterson para dar caza a los leones endemoniados. Comenzó una cacería, dado que los campos se extendían por kilómetros a lo largo del río, era difícil predecir donde se ocultaban los leones. Durante su búsqueda por el desierto, Patterson encontró lo que parecía ser la guarida de los macabros leones; una cueva húmeda con los restos esparcidos de decenas de víctimas mutiladas. Aunque algunos de los cuerpos habían sido devorados, otros simplemente estaban mutilados y abandonados en la cueva, lo que llevó a Patterson a creer que los leones no mataban por la comida, sino por el puro gusto de hacerlo.

Después de varios intentos fallidos de matar a las bestias, Patterson fue finalmente capaz de disparar y matar a uno el 9 de diciembre de 1898, aproximadamente 9 meses después del inicio de los sangrientos ataques. Veinte días más tarde, mató al segundo león. Patterson explicó cómo necesitó nueve tiros para matar al segundo “animal” desde un árbol, que incluso en sus últimos momentos de vida luchó salvajemente para matar a Patterson.



El primero de los devoradores de hombres de Tsavo, el mayor de los dos, media unos 3 metros de largo, desde la nariz a la punta de la cola. Era tan pesado que necesitó ocho hombres para trasladarlo al campamento. La construcción del puente se completó posteriormente en febrero de 1899. Los restos de los dos leones fueron vendidos al Museo Field de Historia Natural de Chicago en 1924, donde se conservan y se mantienen expuestos hasta día de hoy.




¿Demonios o asesinos en serie de la naturaleza?

Los lugareños afirmaron que los leones se movían como fantasmas, sin hacer ruido, apareciendo y desapareciendo sin dejar rastro; sólo para ser vistos cuando deseaban atacar. 

Otro punto a tener en cuenta es que estos leones devoradores de hombres parecían tener una peculiaridad o incluso un talento que los seres humanos poseen y los animales nunca tienen. Tenían la habilidad especial para descubrir trampas o eludir a los tiradores más experimentados. Está claro que estas características no son propias de los animales. Ni siquiera son muy propias de los humanos en realidad, por lo que esta "inteligencia extrema" les dio aún más la sensación de que estaban siendo guiados o poseídos por algo maligno. Por algo demasiado superior y, por lo tanto, sobre-natural.

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Subido por Unknown

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