Los Fantasmas De La Misión La Purísima En California, EEUU.



La Misión de La Purísima Concepción es una misión en Lompoc, California donde convivieron en perfecta comunión indios Chumash y colonos españoles. Se estableció el 8 de diciembre de 1787 el día de la fiesta de la Inmaculada Concepción, de ahí el nombre de la misión. Las tierras de la Misión una vez cubrieron casi 470 kilómetros cuadrados. La Misión La Purísima fue la número 11 de 21 misiones franciscanas en California.



La Misión La Purisima se estableció originalmente en un sitio conocido por los Chumash como “Algsacpi” y en español como “la llanura de Rio Santa Rosa”, a una milla al sur de Lompoc. Durante el período de la misión, el Chumash hablaba el idioma “Purisimeño”.


En 1803, la población de indios Chumash había aumentado a 1.436 personas, así como la de ganado bovino, ovino, caballos y mulos. Las cosechas que producían eran de trigo, maíz y frijoles. Junto con las nuevas ideas religiosas y la tecnología que se trajeron a California, había también numerosas enfermedades que los españoles trajeron con ellos a las que los indios Chumash no eran inmunes. Más de 120 indios Chumash murieron a causa de las enfermedades traídas por los españoles como el sarampión y la varicela.

Un terremoto el 21 de diciembre de 1812, dañó seriamente los edificios de la misión. Los nuevos edificios se construyeron cuatro millas al este del pueblo, en lo que es su ubicación actual, que era conocido por los Chumash como “amuu”, y en español como “La Cañada de los Berros”, ahora todo eso forma parte del Parque Histórico de la Misión Purísima Concepción.

Hoy en día la historia sigue vive en la Misión La Purísima más que nunca, todavía puede oirse la dulce flauta de los indios Chumash en algunas estancias, el fantasma del Padre Payeras paseando por lo que fue su habitación, el galgo preferido del Padre Payeras y a antiguos soldados españoles pernoctando en la sala de armas. La Purísima acoge a más de 200.000 visitantes cada año, muchos de ellos han tenido el privilegio de ser testigos de lo inexplicable.

La Misión La Purísima ha sido tan cuidadosamente restaurada y cuidada, que ofrece una vista que no ha cambiado mucho durante los últimos 200 años. Al llegar, sólo el aparcamiento y el centro de visitantes son visibles. Los altos árboles y grandes setos bordean el estacionamiento y un pequeño arroyo cercano. Un camino de tierra conduce a un pequeño puente corto y estrecho. Al cruzar el puente y salir del bosquecillo da la sensación de que el mundo se ha transformado.



El Chumash se vio obligado a realizar un trabajo duro por poco o nada de dinero. El Padre Payeras muy querido por los Chumash dirigiría la misión desde 1815 a 1823. Nació en Mallorca en 1769 y falleció el 28 de abril de 1923 y está enterrado bajo el altar de La Misión de la Purísima.

Padre Payeras
En 1822, el sistema de misión comenzaba a desmoronarse con la independencia de México de España.

Después de que México ganara la Guerra de Independencia en 1823, los fondos españoles dejaron de llegar a la Misión. 

Muchos soldados -que ya no estaban siendo pagados por el nuevo gobierno mexicano- descargaron sus frustraciones sobre los indios locales Chumash. 

Después de que un soldado, al parecer, golpeara a un indio en la cercana Misión de Santa Inés, comenzó la rebelión de los indios Chumash por todo el territorio. El pueblo Chumash se hizo cargo de la misión La Purísima durante un mes hasta que llegaron más soldados del Presidio de Monterey y aplastaron la rebelión.


Cuentos y leyendas fantasmales nacieron poco tiempo después de la reconstrucción de La Misión Purísima. 

Guardaparques, guías de turistas, lugareños y los propios turistas han sido testigo de sucesos paranormales. Algunos de esos fenómenos se describen como un susurro misterioso, formas nebulosas o corrientes de aire frío. Debido a las muertes del pueblo Chumash en este lugar, algunos creen que los espíritus Chumash están inquietos y no pueden seguir adelante. Incluso hay testigos que han oído el sonido de flautas tocando, instrumento sagrado del pueblo Chumash.

Dos de los fantasmas que rondan por la misión son los de Jorge y Vicente. Dos jóvenes que, interesados en una joven llamada Anita, decidieron mostrar su pericia montando a caballo y una vez habiendo enterrado unos pollos hasta el cuello cada cierto número de metros, tenían que agacharse, agarrar el pollo, retorcerle el cuello y coger el siguiente. Jorge no cogió ni uno mientras que Vicente cogió 3. Jorge y Vicente tuvieron entonces una discusión por esto y Jorge mató a Vicente, enterrándolo entre un montón de ladrillos. Cuando se pusieron a buscar a Jorge no lo encontraron en la Misión sino que sólo hallaron su caballo muerto y su sombrero en una zona de arenas movedizas. Según el testimonio de muchos testigos, el fantasma de Vicente se aparece en el cuartel de los soldados en la zona de la cárcel.


Parece que los fantasmas de la “Misión” eligen a los trabajadores que llevan traje de época, es el caso de John que representa a uno de los soldados españoles de la época, en varias ocasiones le han tocado por la espalda con unas palmaditas ya al girarse allí no había nadie. Él mismo encontró en el alojamiento de los soldados unas huellas de pies descalzos en el suelo de tierra precisamente en una zona en la que sin llave nadie puede entrar y ese día la llevaba él.

La Capilla es otro de los lugares con más actividad, además era un lugar en el que estando vivo el padre Payeras las mujeres no tenían permiso para entrar en el recinto. Un día estando una mujer visitándola algo la arrojó contra la puerta de la sacristía.


Arthur uno de los guías voluntarios de la Misión, estaba durmiendo en una de las camas del cuartel de soldados cuando de repente mientras dormía algo le despertó. Al mirar hacia la puerta -lugar del que procedía el sonido que le había despertado- vio perfectamente la figura de un soldado español con la chaqueta de cuero tal y como la llevaban entonces en 1820. El sujeto lo miraba de forma amenazadora. Sin poder moverse, por la sorpresa, vio como en un instante el soldado se colocó a su lado y estirando los brazos le agarró por el cuello apretando con gran fuerza. Cuando apenas le quedaba ya aliento, de repente la presión cedió y el soldado desapareció.

Cama en la que estaba Arthur
Richard Senate un investigador y escritor de estos fenómenos estando un día en la capilla principal, de repente se sintió mareado y al mirar hacia uno de los lados de la capilla, vio a tres nativos Chumash arrodillados en el suelo. Tenían el pelo largo y camisas sucias y rotas según su testimonio, incluso afirmaba que uno de ellos tenía marcas de viruela en la cara.

En la habitación del padre Payeras, Richard pudo ver un galgo acurrucado en el suelo dormitando. 

Como todos los días el guardabosques, Steve Johns entra en la habitación del padre Payeras y revisa que todo esté en orden antes de la llegada de los turistas, uno de esos días se llevó un susto de muerte al ver sobre la cama al fallecido Padre Payeras. 

Son muchos los testimonios que afirman que la cama del padre Mariano Payeras siempre está deshecha, la hacen y estiran y en cuanto salen de la habitación y vuelven a entrar, ésta aparece deshecha. De hecho se ha visto la figura del Padre Payeras paseando por la habitación en numerosas ocasiones.

Steve Johns en la cama del padre Payeras
Sin duda este es un lugar en el que lo inexplicable convive a diario con todos aquellos que se atreven a pasar la delgada línea del tiempo y regresan a un pasado impregnado de fuertes sentimientos, a una vida a la que algunos todavía siguen aferrados sin saber que su tiempo ya acabó.

Fuentes consultadas:

Vía: El blog de Ana
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Subido por Unknown

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