Lapislázuli: Propiedades mágicas y terapéuticas


Además de encontrarla en Afganistán, hay otros depósitos en Alemania, Angola, Canadá, norte de Chile, Myanmar, Pakistán, Rusia (lago Baikal) y los Estados Unidos (California y Colorado). 
El yacimiento Flor de los Andes, en Chile, se ubica a 3.600 metros de altura, en la cordillera de Ovalle, al este de Tulahuén, en la comuna de Monte Patria. Este yacimiento fue encontrado a mediados del siglo pasado, y el descubrimiento de una piedra en forma de punta de flecha construida en lapislázuli en las cercanías de este lugar ayudó a descubrir en 1921 que esta roca era probablemente conocida en los tiempos prehistóricos de América por los diaguitas.

En el antiguo Egipto se consideraba una piedra muy importante y preciada , adornando los escarabajos sagrados con ella, o en máscaras funerarias. También la usaban para la medicina en forma de polvo.
El polvo del mineral, la azurita o lazurita, proporcionaba un pigmento azul, el azul ultramar, y en la Edad Media, se usaba para producir el característico pigmento azul ultramar para pintores o para teñir telas. Además fue muy buscado entre los grandes pintores en la Europa del Renacimiento, y en América por los pintores de la conocida escuela cuzqueña, por su estabilidad y permanencia de color. Leonardo da Vinci, Alberto Durero y Fra Angélico fueron algunos de los ilustres pintores que le dieron vida, llegando a denominar al polvo de lapislázuli como «oro azul». En aquella época, su precio superaba en más de cuatro veces el precio del oro, y fue usado en la decoración de muebles para conferirles valor, algunos de los cuales pueden observarse en grandes museos de Europa como El Prado (Madrid, España), el Castillo Sforzesco (Milán, Italia), o el Louvre (París, Francia), así como en colecciones privadas.

En la actualidad se sigue empleando en la creación de joyería especialmente en Chile, las cuales se exportan en grandes cantidades a Europa y Estados Unidos.




Se trata de una piedra opaca, de color azul claro y con vetas blancas. Cuanto menor es la cantidad de blanco mayor es su valor. Algunas de estas piedras apenas tienen finísimas líneas blancas, y las hay de un azul tan oscuro que casi parece negro.

Compuesto por una base de bióxido de silicio, el lapislá­zuli es un mineral muy complejo, en cuya fórmula existen distintos minerales, como alumi­nio e hidróxidos de sodio; pirita (mineral de hierro), mica, sodalita y compuestos varios, como anfíboles y piroxenos.

Posee un brillo vitreo poco marcado en las piedras pulidas, pero esa falta de brillo es compensada por un bello color azul marino que, en ocasiones, tiende al violeta o al gris y mezclado con zonas blancas o amarillo-doradas.

El color azul se debe a la existencia de azufre en suspen­sión coloidal y el dorado a la pirita o, en algunas ocasiones, al oro.

Los yacimientos más importantes se encuentran en Rusia, en la región del Lago Baikal, en Siberia, en Chile y en las la­deras del volcán Vesubio, aunque se encuentras en pequeñas cantidades y es de difícil explotación.

Todas las regiones de extracción de lapislá­zuli son zonas volcánicas, ya que el mineral tiene su génesis en los fenómenos metamórficos que tienen lugar entre rocas calcáreas y rocas eruptivas.

Origen y proyección histórica

El lapislázuli era ya conocido entre los egipcios hace más de 3.000 años, que lo consagraron a la diosa Isís y lo usaban para tallar escarabajos sagrados y elementos or­namentales, como las tiaras y pectorales de los faraones y sus preferidas.

Estos ornamentos se dividían en dos categorías: los que tallaban en piedras auténticas y eran utilizados por las castas superiores y los que se hacían con polvo prensado de la misma piedra, destinado a personas más humildes.

Los babilonios, persas y sumerios llevaban consigo pendien­tes de lapislázuli para mantenerse cerca de la divinidad, mien­tras que los griegos lo consagraron a Venus y los paleocristianos a la Virgen María.

Durante el Renacimiento Italiano, los pintores lo utiliza­ban mezclado con sustancias oleosas para preparar el célebre color azul ultramar, a diferencia del también conocido azul de Prusia, que se hacía a partir de la azurita, muy común en Europa.

La diferencia en los términos sugería que la primera de las piedras provenía de lejos, mientras que el azul de Prusia tam­bién se conocía como citramarino, es decir, "de este lado del mar".


El lapislázuli fue también una de las razones de los viajes de Marco Polo hacia la India, China y el Tibet, hasta que finalmente lo halló a orillas del río Dana Amón, en la región oriental del Afghanistán.

Algunos autores sostienen que de allí provienen los términos lapislázuli y lazulita: del persa la-chuard (zafiro) o del árabe lazurd,precursor de las palabras españolas azur o azul.

Energía: Receptiva.

Planeta: Júpiter y Venus.

Elemento: Agua.

Deidades: Ra, Amon, Isis, Venus, Nuit, Luach Lurgan, Virgen María

Metal asociado: Oro.

Poderes: Curación, alegría, amor, fidelidad, psiquismo, protección, coraje, ayuda a niños.

Afinidad con los signos del zodiaco: Tauro, Sagitario, Cancer, Capricornio, Acuario, Libra.

Tradición mágico-ritual:Tiene infinitas asociaciones con reyes y reinas. En la antigua Sumeria, la piedra estaba íntimamente asociada con las deidades en general. Al llevarla, su dueño tenía el potente poder mági­co de una deidad, pues la piedra contenía la fuerza divina.


Algunos decían que contenía el alma de la deidad, que se "rego­cijaría en su sueño". 
Era un elemento popular para fabricar los sellos cilindricos en Sumeria. Estos eran piedras pequeñas y redondas esculpidas con imá­genes de deidades y sus símbolos. Los sellos cilindricos se usaban como "firmas" presionando la piedra grabada sobre los documentos de arcilla húmeda, y eran apreciados como amuletos y talismanes.




Usos mágicos:Es una piedra curativa y calmante, solamente haciendo tocar el cuerpo con la piedra, mejora su condición física, espiritual, psíquica y emocional.

Aún siendo costosa, se usa específicamente para aliviar las fiebres y las enfermedades de la sangre. Fortalece la vista si se usa con regularidad. Si se sostiene en la mano durante cualquier ritual de curación, o se coloca alrededor de velas azules o púrpuras, la piedra ayuda al mago a concentrar la energía sobre el resultado mágico.

Si lleva a cabo un ritual de curación para un amigo, sostenga la pie­dra y visualice a la persona enferma como un ser humano curado, sano y en perfecto estado. Visualice la energía que fluye al interior de la pie­dra y, aumentada y especificada, hacia la persona.

Es una piedra edificante, espiritual. Su color azul profundo refleja sus vibraciones pacíficas. Es útil para aliviar la depresión y estimular la espiritualidad, y es excelente para la meditación. Estimula la bondad de quien lo lleva.Se usa en rituales designados a atraer el amor espiritual.

Tome un trozo de lapislázuli sin pulir con el borde afilado. Cargue la piedra y una vela rosada con su necesidad de amor. Luego, usando el lapislázu­li, grabe un corazón en la vela.
Coloque la piedra cerca del candelero y haga arder la vela mientras visualiza un amor que entra en su vida. Es considerado un poderoso amuleto de fidelidad y se usa para forta­lecer los vínculos que existen entre los amantes.

En la actualidad se utiliza, más comúnmente, para fortalecer la conciencia psíquica. Rompe el dominio que la mente consciente tiene sobre la subconsciente (psíquica) y permite que se conozcan los impul­sos intuitivos.

Usar un collar de lapislázuli o sostener un trozo en la mano aumenta su conciencia de estos impulsos, muchas veces difíciles de percibir.

Para aumentar en general su conciencia psíquica (por ejemplo, su capacidad de aprovechar esta información), use esta piedra todos los días.

O úsela sólo cuando está adivinando el futuro, observando el designio de una piedra o consultando el tarot de piedras o, por el con­trario, utilizando símbolos que hablan a la mente psíquica.

Recuerde: estos actos de adivinación y los rituales asociados con ellos por lo gene­ral son "trucos" designados a relajar la mente consciente.

También es una piedra protectora, en especial de los niños. En la India contemporánea, las cuentas de lapislázuli se ensartan en hilo de oro. Los niños usan el collar resultante para asegurar la salud, el crecimiento y la protección. En una época, se colocaba alrededor del cuello de los niños para alejar los miedos y las fantasías perturba­doras.

Esta influencia que da coraje, también la utilizan los adultos y quizá, se deba a las propiedades psíquicas y protectoras del lapislázuli.

A pesar de su precio relativamente elevado, todo aquél que realice magia con piedras, debería poseerlo y utilizarlo.

El lapislázuli es el símbolo de la riqueza. Lo ha sido desde tiempos muy lejanos, hasta tal punto que ya en el mi­lenario Egipto se creía que era un amuleto infalible para enri­quecer a su poseedor, por lo que fue muy codiciado.

Resulta habitual hallar textos antiguos en los que se hace referencia al lapislázuli como «piedra del dinero» o «llama-dinero».

En Amé­rica, es muy usual hallar todo tipo de amuletos realizados con esta gema, pues se considera que quien lleva un anillo, un pastillero, una cajita, un colgante o cualquier otro adorno de la­pislázuli constantemente consigo, jamás padece problemas eco­nómicos.

Su valor curativo se concentra en las afecciones de los muslos. Evita las heridas en esa parte del cuerpo. Es muy propicio para los nativos de Tauro.

Acción Psíquica:En casos de hipersensibilidad nerviosa, al punto de que todo estremece y sobresalta; dificultad para trabajos que requieran de una concentración mental, a causa de la rapidez con que se registran las impresiones que llegan al cere­bro por la falta de un ordenamiento para pensar.

Esta piedra resulta muy útil para personas con una conciencia exagerada de su personalidad y que son vanidosos. También para aquellos en los que la locuacidad puede ser extraordinaria y agotan a quienes están a su alrededor. Una de las virtudes fundamentales del lapislázuli es la de armonizar in­tegralmente los cuerpos sutiles con el cuerpo mental, permi­tiendo así la limpieza de los pulmones, el bazo y las glándu­las de secreción endocrina.

Sin embargo, la función específica del lapislázuli es la de penetrar y profundizar, más que curar, por lo que conviene acompañarla con algún cristal curativo (malaquita, cuarzo rosa, rodocrosita, sanguinaria, etc.), acorde con la dolencia a tratar.

Acción Emotiva: Este es el medicamento contra los celos exagerados y de todo tipo, perso­nalidades castradoras con las que resulta difícil convivir con ellas. En general, los celos de estas personas obedecen a una inseguridad de su propia sexualidad, lo cual es muy difícil que lleguen a comentar o confesar. Una característica de su ánimo es la euforia orgullosa; todo es hermoso cuando tienen ganas.

Acción Energética: Equilibra las energías internas para darles un dinamismo apropiado a los centros sutiles, estimulando al sujeto, a transitar por un camino mucho más espiritual.

Su mayor acción la ejerce sobre el Centro Laríngeo, al que estimula. En la cristaloterapia actual, el lapislázuli es fundamental­mente un purificador mental y espiritual, que refuerza esos cuerpos sutiles y los alinea entre sí.

Aumenta el poder espiritual y el de­sarrollo del cuerpo mental, permitiendo a la vez que ese desa­rrollo se manifieste expresivamente.

Incompatibilidad: Esmeralda, Granate, Jaspe, Rubí, Ópalo.


Todos los datos han sido extraidos de: el Book of Shadows de Warlock, "Enciclopedia de Cristales, Gemas y Metales Mágicos", de Scott Cunningham;"La Magia de los Cristales" de Robert Garret y "Gemoterapia: Curación por esencias minerales" de Pedro Crea.

Fuente: Wicca Solitario
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Subido por Unknown

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